1.- Establece un tiempo para la preocupación
Establece un tiempo determinado a lo largo del día para manejar esas preocupaciones. Márcate 2 periodos de de 15 minutos, uno por la mañana y otro por la tarde.
2.- Busca un lugar que no sea de descanso para pensar acerca de lo que te preocupa.
No te preocupes en un sitio donde suelas descansar, como en la cama, en el sofá. Hazlo en un sitio totalmente diferente. Piensa en la preocupación y trata de solucionarla.
3.- Utiliza recuerdos positivos.
Si ya has dedicado esa media hora a pensar acerca de esas preocupaciones, te vas a dormir y te asaltan esos pensamientos negativos, dedícales 5 minutos y los otros 10 a pensar en cosas positivos. No es difícil. Es cuestión de entrenamiento. Intenta recrear esos pensamientos negativos, poniendoles color, forma, sensaciones y repite esos pensamientos al menos 30 veces en tu cabeza.
4.- Busca distracciones
Llama a algún amigo, sal a pasear o a hacer deporte, lee un libro. La mente sólo se puede concentrar en una sola cosa y si jugamos a distraerla haciendo otro tipo de actividades, conseguiremos alejar esas preocupaciones de nuestra mente.
5.- Tómate tu tiempo
Los efectos de estas técnicas no son inmediatos y por eso debes hacer un esfuerzo y mantenerlo y día a dia conseguirás introducir estar técnicas en tu rutina diaria y con el tiempo observarás que te funcionan y te encuentras mejor.